El nombramiento concluye con el proceso de transición de poder a la nueva generación de líderes del Partido Comunista Chino.
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La ruta estaba trazada desde hacía años. Y Li Keqiang ha llegado a término.
El hasta ahora viceprimer ministro chino ha sido designado este viernes
primer ministro, en sustitución de Wen Jiabao, con lo que concluye el
proceso de transición de poder a la nueva generación de líderes surgida
del 18 Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh), celebrado en
noviembre pasado. El nombramiento de Li ha sido sancionado por 2.940
votos a favor, tres en contra y seis abstenciones, en el marco de la
sesión anual de la Asamblea Popular Nacional (el Parlamento), que
finaliza este domingo, y sigue a la elección el jueves de Xi Jinping como presidente. Xi reemplazó en el congreso del partido a Hu Jintao como secretario general del PCCh, y ahora lo ha hecho como jefe de Estado.
Li, de 57 años, es licenciado en Derecho, tiene un doctorado en
Economía de la Universidad de Pekín y habla inglés. Ocupó cargos de alta
responsabilidad en la Liga de la Juventud Comunista, donde trabajó bajo
la dirección de Hu, y estudió en la escuela del partido.
El nuevo primer ministro ocupaba el puesto número siete —sobre nueve—
de la jerarquía china en el Comité Permanente del Politburó del PCCh
—el órgano de más alto poder del país asiático— hasta el cónclave de
noviembre, cuando ascendió al puesto número dos en un comité que fue
reducido a siete miembros.
Como sucesor de Wen Jiabao,
será no solo jefe de Gobierno sino también responsable del desarrollo
económico y la lucha contra los problemas medioambientales, dos de los
mayores desafíos a los que se enfrenta el país. Los expertos aseguran —y
los propios líderes lo han reconocido— que China ha llegado a un punto
de inflexión y debe impulsar ambiciosas reformas, que permitan a la
segunda economía del mundo seguir creciendo a fuerte ritmo. Estas exigen
un cambio profundo de modelo para centrarlo en el consumo doméstico, en
lugar de las exportaciones y la inversión.
El presidente estadounidense, Barack Obama, se ha apresurado a
saludar a los nuevos dirigentes del país socio y rival. Obama ha llamado
por teléfono este jueves a Xi para felicitarle e impulsar la agenda en
la resolución de problemas como la crisis en Corea del Norte y el cibercrimen.
“El presidente ha subrayado su firme compromiso para incrementar la
cooperación práctica con objeto de encarar los desafíos económicos y de
seguridad más urgentes de Asia y el mundo”, ha señalado la Casa Blanca
en un comunicado.
Poco después de la conversación entre los dos mandatarios, portavoces
estadounidenses anunciaron que el nuevo secretario del Tesoro, Jacob
Lew, viajará a China la semana que viene para entrevistarse con miembros
de la nueva Administración. Lew realiza su primer viaje al extranjero
desde que ocupó el cargo a finales de febrero a China para resaltar la
importancia de las relaciones entre los dos países y tejer lazos con los
nuevos dirigentes, según ha señalado la oficina del Tesoro. A mediados
de abril, será el secretario de Estado, John Kerry, quien visite Pekín.
Kerry tiene previsto ir en el mismo viaje a Corea del Sur y Japón.
El proceso de reforma y apertura iniciado por Deng Xiaoping en
diciembre de 1978 ha transformado completamente China y ha sacado a
cientos de millones de personas de la pobreza, pero ha generado graves
desigualdades sociales y problemas medioambientales y de corrupción, que
tendrá que encarar el nuevo Gobierno.
Wen Jiabao se ha referido repetidas veces durante su mandato a la
necesidad de acelerar el cambio de modelo de desarrollo, ajustar la
estructura económica y mejorar la calidad del crecimiento. El bastón de
mando está ahora en manos de Xi y Li, y a ellos corresponderá hacer
frente a los grupos de intereses empresariales y políticos que se
resisten a movimientos que puedan poner en peligro sus privilegios, y
responder a las cada vez mayores demandas de justicia social y reformas
políticas de la población.
Li es conocido en España, país que visitó en enero de 2011 en el
marco de una gira europea preparatoria a su ascenso al poder de alto
contenido económico. Al igual que Xi –que fue designado presidente con
2.952 votos a favor, uno en contra y tres abstenciones-, Li ha sido
elegido para ocupar el puesto gubernamental por un periodo de cinco
años. Pero, si no hay ningún contratiempo, mantendrá el cargo una
década, como han hecho Hu Jintao y Wen Jiabao. Hoy, también, ha sido
nombrado el presidente del Tribunal Supremo, Zhou Qiang.
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